La extraña relación entre Renfe y Alan Turing

 Renfe nos reta cada día a sus usuarios a un acertijo que tiene muchas más aristas de lo que puede parecer en un primer momento. Veamos primero de qué se trata:

Acertijo de Renfe

Voy a enunciar el problema. Supongamos que hay un accidente y los usuarios tienen que abandonar el tren. Para hacerlo deben romper un cristal del tren, dado que las puertas en los accidentes quedan cerradas. Este va a ser nuestro objetivo: romper el cristal. Llamémoslo x para expresarlo de forma matemática. 

Para conseguir x, necesitamos una acción. Matemáticamente podríamos decir que necesitamos una función que nos devuelva x. Esta acción es conseguir el martillo rompecristales. Aquí viene el problema: para conseguir el martillo rompecristales, Renfe nos obliga a romper un cristal. Esto es:

x = F(x)

Renfe nos plantea por tanto una solución recursiva al problema de salir del tren accidentado. No pasa nada, las funciones recursivas son una herramienta muy potente si se saben utilizar. El problema de esta concreta es que no tiene condición de salida. Esto significa que para romper el cristal hay que acceder al martillo rompiendo el cristal, para lo que necesitaríamos un martillo rompecristales y para eso romper el cristal...así indefinidamente:

x = F(F(F(F(F.....F(x)

Aquí es donde entra el amigo Alan Turing. Según sus estudios, este problema sería computable, es decir, sí que tendríamos una serie de pasos definidos para encontrar la solución. Tendríamos que para romper un cristal hay que acceder al martillo y para eso, hay que romper un cristal. Tendríamos un algoritmo. 

El problema es que ese algoritmo no resuelve el problema en un número finito de pasos. Nuestro algoritmo necesitaría un número infinito de actividades para poder solucionar el problema. Decimos entonces que es computable, pero no es decidible.

Así que claramente, Renfe condena a sus viajeros a no poder salir del tren y quedar allí atrapados por siempre jamás. 

Como bonus track, traigo otra barbaridad que, esta vez, comete Ámazon. Esta compañía, haciendo gala de su desdén por la ortografía de la Lengua Castellana, está mandando a sus sicarios con claras amenazas de muerte:

Amenaza de Ámazon

O no saben usar las tildes o esto es un clarísimo delito de odio y amenazas.