Waterloo y la formación de la Castilla primitiva.

 Parecen dos temas con poco que ver en dos épocas totalmente distintas, pero si analizamos un poco la batalla de Waterloo creo que podemos entender qué dejó Agripa en lo que posteriormente llamaron Castella Veteris. 

En mi opinión, Waterloo es la mejor batalla de Napoleón. Solo tenía 1 oportunidad entre 1000 de ganarla, pero sabía cuál era esa oportunidad y jugó esa baza. Por desgracia para él, no solo dependía de sus decisiones, sino también de otras cosas así que acabó perdiendo. Nos iríamos demasiado del tema si contara mi visión sobre eso, así que lo dejamos para otro rato. 

Lo que sí nos puede ser de utilidad es lo que hizo Wellington. Arthur Wellesley, que así se llamaba el sujeto nació en Irlanda. Fue comandante del cuerpo expedicionario británico en la guerra peninsular donde consiguió muchos éxitos. Ha sido probablemente el mejor general defensivo de todos los tiempos. De hecho su enemigo Napoleón le despreciaba por eso: decía que solo sabía plantear batallas a la defensiva. Es problable que Bonaparte tuviera razón porque cuando se encontró con él en Bélgica, el británico le planteó ese tipo de batalla. 

Me encanta el retrato que le hizo Goya porque, al contrario que los pintores británicos que le exageraban unas facciones apolíneas épicas, don Francisco le dibujó la cara tosca que debía de tener el hombre:



La campaña de Waterloo fueron en realidad tres batallas: Ligny, Quatre Brass y Waterloo. Las dos primeras ganadas por los franceses y solo la última ganada por la coalición británico-prusiana. Al plantear la batalla, Wellington venía de que Napoleón hubiera arrasado a los prusianos en Ligny y hubiera hecho retroceder a su ejército en Quatre Brass. La situación para él era terriblemente mala, porque él contaba con enfrentarse con los franceses teniendo consigo al ejército prusiano. Sin embargo los prusianos estaban en desbandada por la terrible derrota que les habían infligido los franceses en Ligny.

Para entender lo que pasó hay que ponerse en la cabeza de Wellington en ese momento y huir de la propaganda posterior a la batalla. Wellington estaba muerto de miedo. El plan de batalla conjunto con los prusianos se había ido al garete y se había quedado solo contra la Grande Armée francesa, el ejército más poderoso del momento al mando de su mejor general. Podemos imaginar que no planteó una batalla para ganar, sino para no perder, ganar tiempo y rezar para que un milagro devolviera a los prusianos a la lucha.

Como era previsor, ya tenía mirado de antemano un sitio donde podía enrocarse, la colina de Waterloo (no confundir con la colina del León que hicieron los belgas más tarde). Allí colocó a su ejército tras huir de Quatre Brass, aprovechando una colina que le daba una posición de ventaja sobre los franceses. La colina se elevaba de forma suave sobre el terreno llano anterior y caía de forma abrupta en el último tramo. De esta forma podía ocultar su artillería, caballería y reservas de los observadores franceses, al tiempo que sus observadores tenían una vista completa de las maniobras francesas:

Waterloo El terraplén protege a los Británicos
El terraplén protege a los Británicos


En definitiva, su artillería estaba oculta y protegida de la artillería francesa mientras podía hacer fuego contra el enemigo sabiendo donde apuntaban. Lo mismo pasaba con las reservas: Wellington podía ocultar hasta el último momento parte de su caballería o sus cuadros de infantería y hacerlos aparecer en cualquier punto por sorpresa, mientras que podía seguir todos los movimientos de los franceses y anticiparse a ellos.

Por detrás de esa colina que he dibujado, corría su línea logística, por donde podían mover sin ser vistos por el enemigo, tanto tropas como munición o heridos.

Este planteamiento es brillante, pero no era suficiente para detener a la Grande Armée. Así que tuvo que tomar más decisiones tácticas. La primera, obvia, fue ceder todo el campo de batalla a los franceses. Él no iba a avanzar primero. Esto estaba claro y Napoleón ya lo esperaba. Así que la zona que separaba al ejército francés del británico al inicio de la batalla quedó como una "zona de nadie" que renunciaba a ocupar o usar dudante la batalla. Si los franceses querían destruirle tendrían que ganar primero ese terreno sufriendo a la artillería británica por el camino.

La segunda, mucho más brillante: tenía que crear obstáculos en esa zona de nadie, sin comprometer el grueso de su ejército, que los franceses tuvieran que limpiar para poder seguir avanzando. Esto fue probablemente el gran acierto de Wellington y lo que decidió la batalla ganando un tiempo precioso y desgastando al ejército francés de forma desproporcionada. Estos obstaculos fueron dos puntos fuertes en medio de la zona de nadie: uno una granja fortificada y el otro un pequeño chateau: La Haye Sainte y Hougoumont. Llenó ambos de tropas inglesas con la misión suicida de contener a los franceses todo el tiempo que pudieran. Las bajas británicas en estos puntos fueron catastróficas, pero consiguieron su objetivo de ralentizar el ataque de Napoleón y bloquearle durante horas:

Campo de batalla de Waterloo
Campo de batalla de Waterloo



Ningún ejército puede avanzar dejando posiciones armadas del enemigo detrás porque estaría atrapado entre dos fuegos, así que si Napoleón quería atacar la colina, tenía que tomar al asalto antes esas dos posiciones tan bien fortificadas o, al menos, mantener un asedio constante con buena parte de sus tropas para liberar al resto del ejército del fuego de estas.  

El resultado fue que los franceses avanzaron en la zona de nadie donde las posiciones fuertes y el planteamiento de Wellington los entretuvieron durante horas. Durante ese tiempo hubo avances y retiradas por toda la línea de frente, pero las posiciones fuertes de esa zona de nadie fueron un enorme dolor de cabeza para Napoleón. Cuando el ejército británico parecía estar ya desfondado y Napoleón había dado la orden de avanzar a La Guardia, que era su unidad de élite, los prusianos aparecieron milagrosamente y decidieron la batalla en contra de los franceses. La zona de nadie con las fortalezas de La Haye Sainte y Hougoumont dieron a Wellington el tiempo que necesitaba para poder ganar la batalla.

Volvamos a nuestro escenario casi dos milenios antes. Nos habíamos quedado en una entrada anterior comentando que Agripa se había ido de la cordillera cantábrica en el 18 A.C. diciendo que había derrotado a los cántabros. Aunque sabemos que era mentira porque dejó un número muy alto de legiones protegiendo el llano de los ataques desde el alto. Esto se mantuvo, con algunas variaciones durante muchos años.

 Aunque las fuentes nunca son claras con el número de legiones, sabemos que **al menos** andaban por la zona en esa época la X Gemina en Astorga, la VI Victrix en León, la IV Macedónica en Herrera de Pisuerga y la VII Gémina probablemente en Sasamón. Es un despliegue enorme de recursos militares, pero también tenían que cubrir un área muy grande: desde el este de Galicia hasta el este de Cantabria. Con un conocimiento limitado de lo que pasa en las alturas es difícil prever el siguiente golpe si se llega a producir, así que la defensa del territorio del llano tiene que estár bien diseñada y Agripa era un exelente militar. 

Lo que más nos interesa son las dos últimas legiones que he comentado antes, que conocemos gracias a uno de los itinerarios de barro porque cubrían el este de la cordillera. También por esa tablilla conocemos la existencia de una vía de comunicación entre Herrera de Pisuerga y la costa, subiendo por la montaña palentina hacia Reinosa y de ahí, por un corredor similar al que recorre hoy la A-67 hacia el mar. Tenemos evidencia arqueológica de esta calzada. La vía coincide además con el itinerario del cuerpo central del ataque de Augusto en el año 26, del que también tenemos evidencia arqueológica. Por tanto es fácil de deducir que esta vía tenía un sentido militar y no civil. 

También tenemos en el lado más al este la vía de Herrera de Pisuerga a Castro Urdiales. Por el miliario de Tiberio sabemos que es de la misma época en que sucedieron las Guerras Cántabras, bien justo posterior, bien contemporanea. Mi hipótesis es que fue mandada hacer por Agripa el 18 AC y a la muerte de Augusto en el 14 AC Tiberio le puso su marca. 

En conjunto, las vías que comunicaban el este de la cordillera quedan así:


Recorrido de la calzada romana alrededor de Cantabria
Recorrido de la calzada romana alrededor de Cantabria

Es razonable pensar que al menos este área es el área de responsabilidad de estas dos legiones. Más hacia el oeste ya estaban las otras dos. Las vías son la forma de asegurar la logística de tropas y refuerzos en caso de nueva insurrección. Recordemos que Augusto desatascó la campaña del 26 AC gracias a que trajo tropas en barco desde Aquitania. Este diseño de vías está preparado justo para eso mismo. 

Sin embargo los dos ramales no parecen lo mismo. El ramal oeste que va hasta Suances pasa por el centro del territorio cántabro, mientras que el segundo lo evita. Se va escondiendo detrás de los montes Obarenses hasta que la naturaleza de la montaña le hace girar por el valle de Losa. La única explicación que se me ocurre es que el tramo hacia Suances discurre por donde corrió el eje central del ataque de Augusto en el 26. Hay constancia arqueológica de su paso a sangre y fuego por allí, con multitud de castros y asentamientos tomados al asalto, donde previsiblemente asesinaron a sus habitantes o se los llevaron esclavizados. Las fuentes lo corroboran. Siendo así, esta zona por donde pasa la vía podría considerarse "romanizada" en el sentido de que no quedaban nativos con capacidad o ganas de oponerse a Roma. 

Se piensa, por las evidencias encontradas en Valdeporres, que la rebelión que motivó la llegada de Agripa en el 19 fue en el este de la cordillera, es decir, en el área delimitada por esa línea verde del mapa, donde los cántabros se proyectaban hacia el este, hacia Las Merindades. Hoy día la prensa más amarilla lo titularía "Revuelta pasiega, los lugareños echan a los italianos a base de sobaos". Al menos en el aspecto geográfico sería acertado. Siendo malo....igual ese recuerdo dulce de la quesada les hizo a esos italianos empezar a echar queso a todo lo que cocinan. 

Agripa se marchó de Hispania con esa imagen en la cabeza. La lógica nos lleva a que esos cántabros buscaban ganar otra vez el llano. En caso de que se repitiera la revuelta del 19 AC por el este, las dos legiones podrían dirigirse de forma segura por la vía que conecta con Castro Urdiales, evitando la zona de conflicto y protegidos por los montes Obarenses. Pero para que les de tiempo a las legiones a llegar antes del caos, es necesario un sistema de puntos fuertes que:

1) Protejan los puntos transitables entre los montes.
2) Conformen una zona de nadie por la que tenga que pasar el invasor.
3) Ralenticen el avance cántabro hasta que lleguen las legiones a poner orden.

La misma idea que en Waterloo. Solo que la zona de nadie en el este de la cordillera no está en Bélgica, sino en Las Merindades.

Tenemos que buscar evidencias de que esto fue así. Este sistema defensivo del limes romano no me lo he inventado yo, sino que es el que ya se ha descubierto en el limes germánico. Allí se ha gastado esfuerzo y dinero en tener estudios arqueológicos que en nuestra Castella Veteris no soñaríamos nunca. Lo que han encontrado es ese sistema de puntos fuertes y tierra de nadie que comentamos aquí, a otra escala. La limes germánica también se configuró en el periodo alto-imperial, poco después de las Guerra Cántabras. 

Nos queda encontrar alguna evidencia de eso. Lo intentaremos.








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